Utiliza una aspiradora con un accesorio de cepillo suave para aspirar todo el sofá. Asegúrate de llegar a todas las áreas, incluyendo los pliegues, los cojines y los reposabrazos. La aspiradora eliminará el polvo, los pelos y las partículas sueltas.

Después de aspirar, utiliza un cepillo de cerdas suaves para cepillar suavemente el sofá en todas las direcciones. Esto ayudará a levantar aún más el polvo y las fibras del tejido.

Puedes utilizar toallitas o esponjas de limpieza en seco específicas para tejidos. Pásalas suavemente sobre las áreas que necesiten atención, como manchas leves o áreas más sucias. Sigue las instrucciones del producto y asegúrate de no frotar con fuerza para evitar dañar el tejido.

Si deseas una limpieza más profunda, puedes utilizar un limpiador en seco para tejidos que esté diseñado para tu tipo de sofá. Rocía el producto sobre las áreas que deseas limpiar y sigue las instrucciones del fabricante.

Después de realizar la limpieza en seco, deja que el sofá se ventile y se seque al aire durante un tiempo. Esto ayudará a eliminar cualquier residuo del producto y a que el sofá recupere su frescura.

Después de que el sofá esté completamente seco, utiliza un paño limpio y suave para dar un repaso final y eliminar cualquier residuo de limpiador en seco o partículas que puedan haber quedado.